Por años fui a "la iglesia" porque ... porque "se supone" que tienes que ir, pero había cosas que no me parecían bien. ¿Sabes a lo que me refiero? Muchas veces, me ponía a ver alrededor pensando, "¿Es esto lo que Dios tenía en mente?". Y luego encontré ese pasaje en la Biblia que me ayudó a empezar a ver las cosas de otro modo. Relata una historia de Jesús comiendo con algunos de los líderes de esos tiempos, y tienen que pasar por todos unos rituales complicados de lavarse las manos antes de comer. Y Jesús ignora sus reglas. Uno de ellos se da cuenta y lo menciona. Y Jesús dice: "¡Líderes religiosos! Es como si ustedes, limpian el exterior de la taza, pero por dentro están llenos de codicia y maldad". Es decir, dan el % de sus ingresos, pero en realidad no les importa hacer que este mundo sea un lugar mejor. Y luego les dijo Jesús: "Para ustedes lo único que importa es que los vean en público como gente importante". Es decir, les encanta que los admiren y los respeten. "Les gusta sentarse en los mejores lugares, donde todos los puedan ver". Y luego Jesús dijo: "Para ustedes todo es apariencia, cómo los ven los demás". Y luego les dijo: "Ustedes son como tumbas sin marca, en las que la gente camina sin saberlo". Es decir, Jesús básicamente les dice a los líderes religiosos de su tiempo: "Están muertos espiritualmente y ni siquiera se dan cuenta". Y uno de los que estaban sentados ahí, que sería lo que nosotros llamaríamos un predicador, y se da cuenta de lo que sucede. ¡Jesús está dándoles justo en el punto! Y él dice, "¿Sabes qué, Jesús?, cuando dices esas cosas, nos insultas". Y Jesús les dice: "¡Maestros como tú! Tú le dices a la gente que haga todo eso, pero no les ayudas a hacer nada de eso. Es decir, todo lo que terminas haciendo es echarles en cara las culpas. La gente termina sintiéndose, sintiéndose terriblemente consigo mismos". Y después les dice, a los mismos líderes, dice: "Viajan por mar y tierra para ganar un solo converso, y cuando se convierten, los hacen dos veces más hijos del infierno de lo que son ustedes". Jesús llama a las autoridades religiosas de su tiempo "hijos del infierno". Y lo que le molesta más es que andan por ahí convirtiendo gente y los presionan para que se vuelvan como ellos. Y les dice también: "Ustedes han abusado de sus posiciones como autoridad religiosas y de hecho están interfiriendo en la gente que está buscando honestamente a Dios". "Hijos del infierno". Hay muchos momentos como este en las enseñanzas de Jesús. Con gente que está batallando con las preguntas más profundas de la vida, Jesús tiene paciencia y comprensión infinitas, pero con gente que dice conocer y hablar por Dios, pero que tiene el corazón frío y duro, Él es implacable. Es decir, Jesús se enoja. Bien, bien, digamos esto. Digamos que le llevo flores a mi esposa a la casa. Son flores hermosas. lntento escoger los colores justos. Tú sabes, el toque perfecto. Y las llevo a la casa y se las doy a ella y ella está toda impresionada. Y saca un florero, sonríe y luego dice: "Esto significa tanto para mí, el que hayas pensado en mí. Estoy tan sorprendida". Y qué tal si yo digo: "Bueno, soy tu esposo, es mi obligación". ¿No funciona así, verdad? o qué tal si le digo, "Bueno, ¿sabes?, había una oferta y no estaba pensando realmente en ti. No fue una molestia y estaban baratas y pensé que no era la gran cosa". O qué tal si le digo: "Bueno, me imaginé que las necesitabas". ¿Crees que todavía va a querer las flores? ¡No! ¿Por qué? Porque ella quiere mi corazón. Si no tiene mi corazón, mis palabras y mis acciones no significan nada. ¿Es así como se siente Dios? Una de las oraciones más importantes en la vida de Jesús se llama el Shema. Parte de ella dice así, Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Es decir, podemos ir a misa, o a servicios, o a cultos u oraciones todos los días, podemos cantar todos los himnos y orar todas las oraciones correctamente, pero si no lo hacemos de corazón, es decir, ¿cuál es el punto? Dios dice en el libro de lsaías, "Esta gente, me honra con sus labios pero sus corazones están lejos de mí". Algunas veces tenemos que detenernos y preguntarnos, ¿por qué hacemos lo que hacemos?". ¿Para hacer feliz a la familia? ¿Para no sentirme culpable? ¿Hacer una aparición en el lugar indicado a la hora indicada, vistiendo la ropa indicada para que que me vea la gente indicada? Las Escrituras nos recuerdan que Dios no quiere un ritual espiritual, Dios quiere nuestros corazones. ¿Tú das dinero? ¿Por qué? Me refiero a, ¿por qué das dinero para la iglesia o una institución o alguien en televisión? ¿Porque Dios lo necesita? Dios dice en Salmos , "Si tuviera hambre, no te lo diría, El mundo es mío y todo lo que hay en él". ¿Doy el porcentaje adecuado de mi sueldo para quitarme a Dios de encima? Es decir, Dios obtiene lo que quiere y entonces ¿puedo hacer lo que yo quiera con el resto? Cuando Dios tiene mi corazón y me doy cuenta de que todo lo que tengo me lo ha dado. lncluso hay una carta en la Biblia llamada Corintios, en la que Dios le manda a la gente que no dé por impulso o culpa o sin ganas. La carta inclusive dice: "Debes dar únicamente lo que has decidido dar en tu corazón". Porque Dios ama cuando das porque quieres dar. Si estoy dando porque creo que es lo que tengo que hacer o porque Dios lo necesita o para no sentirme culpable, entonces mejor me lo quedo. Dios no lo quiere. lncluso hay otro pasaje en la Biblia donde Dios le está hablando a gente extremadamente religiosa, y han estado yendo a su templo y haciendo todas las ceremonias correspondientes, sin embargo han descuidado las necesidades de los que los rodean. y, y Dios les habla y les dice: "¿Saben qué?, sus sacrificios y ofrendas, ¿saben lo que son para mí? No me agradan". Dios odia eso, no lo soporta, cuando hacemos un espectáculo religioso y luego ignoramos al pobre y al dolido y al rechazado y al oprimido. Dios incluso llama a sus reuniones malignas. Dios dice que se le han vuelto una carga. Que su alma odia sus reuniones. Dios incluso dice, "estoy cansado de ellas". Es casi como si Dios dijera, "No quiero esas flores". Dios quiere nuestros corazones, porque cuando Dios tiene nuestros corazones empiezan a importarnos las cosas que a Dios le importan. Nos preocuparemos por la gente que le preocupa a Dios. Dios dice: "Busca la justicia, anima al oprimido. Defiende la causa del huérfano. Defiende el caso de la viuda". Es decir, cuando te das cuenta de que puedes hacer algo por el sufrimiento del mundo, es decir, cuando te das cuenta de que hay un trabajo que realizar y que tú puedes hacerlo, entonces tu corazón ha comenzado a latir como el de Dios. Digo, ¿La iglesia es un edificio? ¿Una hora a la semana? La iglesia es la gente. Gente cuyos corazones laten cada vez más como el de Dios. Tal vez no te interesan las actitudes de crítica, ni las mentes cerradas o las reglas sin sentido. A mí tampoco ni tampoco a Dios. Es decir, Dios no quiere tener nada que ver con eso tampoco. Seamos honestos. Mucha gente confunde la religión con Dios, y se aleja de ambos. El punto no es el cristianismo. El punto es ser un cristiano. Significa ser un seguidor de Jesús. Es estar conectado con todo lo que es verdadero, bueno y correcto. Todo lo que pasa a nuestro alrededor que nos recuerda que hay suceden muchas más cosas a nuestro alrededor de lo que nos damos cuenta. ¿Puede haber algo más bello que eso?
La verdadera razón para congregarnos
Por años fui a "la iglesia" porque ... porque "se supone" que tienes que ir, pero había cosas que no me parecían bien. ¿Sabes a lo que me refiero? Muchas veces, me ponía a ver alrededor pensando, "¿Es esto lo que Dios tenía en mente?". Y luego encontré ese pasaje en la Biblia que me ayudó a empezar a ver las cosas de otro modo. Relata una historia de Jesús comiendo con algunos de los líderes de esos tiempos, y tienen que pasar por todos unos rituales complicados de lavarse las manos antes de comer. Y Jesús ignora sus reglas. Uno de ellos se da cuenta y lo menciona. Y Jesús dice: "¡Líderes religiosos! Es como si ustedes, limpian el exterior de la taza, pero por dentro están llenos de codicia y maldad". Es decir, dan el % de sus ingresos, pero en realidad no les importa hacer que este mundo sea un lugar mejor. Y luego les dijo Jesús: "Para ustedes lo único que importa es que los vean en público como gente importante". Es decir, les encanta que los admiren y los respeten. "Les gusta sentarse en los mejores lugares, donde todos los puedan ver". Y luego Jesús dijo: "Para ustedes todo es apariencia, cómo los ven los demás". Y luego les dijo: "Ustedes son como tumbas sin marca, en las que la gente camina sin saberlo". Es decir, Jesús básicamente les dice a los líderes religiosos de su tiempo: "Están muertos espiritualmente y ni siquiera se dan cuenta". Y uno de los que estaban sentados ahí, que sería lo que nosotros llamaríamos un predicador, y se da cuenta de lo que sucede. ¡Jesús está dándoles justo en el punto! Y él dice, "¿Sabes qué, Jesús?, cuando dices esas cosas, nos insultas". Y Jesús les dice: "¡Maestros como tú! Tú le dices a la gente que haga todo eso, pero no les ayudas a hacer nada de eso. Es decir, todo lo que terminas haciendo es echarles en cara las culpas. La gente termina sintiéndose, sintiéndose terriblemente consigo mismos". Y después les dice, a los mismos líderes, dice: "Viajan por mar y tierra para ganar un solo converso, y cuando se convierten, los hacen dos veces más hijos del infierno de lo que son ustedes". Jesús llama a las autoridades religiosas de su tiempo "hijos del infierno". Y lo que le molesta más es que andan por ahí convirtiendo gente y los presionan para que se vuelvan como ellos. Y les dice también: "Ustedes han abusado de sus posiciones como autoridad religiosas y de hecho están interfiriendo en la gente que está buscando honestamente a Dios". "Hijos del infierno". Hay muchos momentos como este en las enseñanzas de Jesús. Con gente que está batallando con las preguntas más profundas de la vida, Jesús tiene paciencia y comprensión infinitas, pero con gente que dice conocer y hablar por Dios, pero que tiene el corazón frío y duro, Él es implacable. Es decir, Jesús se enoja. Bien, bien, digamos esto. Digamos que le llevo flores a mi esposa a la casa. Son flores hermosas. lntento escoger los colores justos. Tú sabes, el toque perfecto. Y las llevo a la casa y se las doy a ella y ella está toda impresionada. Y saca un florero, sonríe y luego dice: "Esto significa tanto para mí, el que hayas pensado en mí. Estoy tan sorprendida". Y qué tal si yo digo: "Bueno, soy tu esposo, es mi obligación". ¿No funciona así, verdad? o qué tal si le digo, "Bueno, ¿sabes?, había una oferta y no estaba pensando realmente en ti. No fue una molestia y estaban baratas y pensé que no era la gran cosa". O qué tal si le digo: "Bueno, me imaginé que las necesitabas". ¿Crees que todavía va a querer las flores? ¡No! ¿Por qué? Porque ella quiere mi corazón. Si no tiene mi corazón, mis palabras y mis acciones no significan nada. ¿Es así como se siente Dios? Una de las oraciones más importantes en la vida de Jesús se llama el Shema. Parte de ella dice así, Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Es decir, podemos ir a misa, o a servicios, o a cultos u oraciones todos los días, podemos cantar todos los himnos y orar todas las oraciones correctamente, pero si no lo hacemos de corazón, es decir, ¿cuál es el punto? Dios dice en el libro de lsaías, "Esta gente, me honra con sus labios pero sus corazones están lejos de mí". Algunas veces tenemos que detenernos y preguntarnos, ¿por qué hacemos lo que hacemos?". ¿Para hacer feliz a la familia? ¿Para no sentirme culpable? ¿Hacer una aparición en el lugar indicado a la hora indicada, vistiendo la ropa indicada para que que me vea la gente indicada? Las Escrituras nos recuerdan que Dios no quiere un ritual espiritual, Dios quiere nuestros corazones. ¿Tú das dinero? ¿Por qué? Me refiero a, ¿por qué das dinero para la iglesia o una institución o alguien en televisión? ¿Porque Dios lo necesita? Dios dice en Salmos , "Si tuviera hambre, no te lo diría, El mundo es mío y todo lo que hay en él". ¿Doy el porcentaje adecuado de mi sueldo para quitarme a Dios de encima? Es decir, Dios obtiene lo que quiere y entonces ¿puedo hacer lo que yo quiera con el resto? Cuando Dios tiene mi corazón y me doy cuenta de que todo lo que tengo me lo ha dado. lncluso hay una carta en la Biblia llamada Corintios, en la que Dios le manda a la gente que no dé por impulso o culpa o sin ganas. La carta inclusive dice: "Debes dar únicamente lo que has decidido dar en tu corazón". Porque Dios ama cuando das porque quieres dar. Si estoy dando porque creo que es lo que tengo que hacer o porque Dios lo necesita o para no sentirme culpable, entonces mejor me lo quedo. Dios no lo quiere. lncluso hay otro pasaje en la Biblia donde Dios le está hablando a gente extremadamente religiosa, y han estado yendo a su templo y haciendo todas las ceremonias correspondientes, sin embargo han descuidado las necesidades de los que los rodean. y, y Dios les habla y les dice: "¿Saben qué?, sus sacrificios y ofrendas, ¿saben lo que son para mí? No me agradan". Dios odia eso, no lo soporta, cuando hacemos un espectáculo religioso y luego ignoramos al pobre y al dolido y al rechazado y al oprimido. Dios incluso llama a sus reuniones malignas. Dios dice que se le han vuelto una carga. Que su alma odia sus reuniones. Dios incluso dice, "estoy cansado de ellas". Es casi como si Dios dijera, "No quiero esas flores". Dios quiere nuestros corazones, porque cuando Dios tiene nuestros corazones empiezan a importarnos las cosas que a Dios le importan. Nos preocuparemos por la gente que le preocupa a Dios. Dios dice: "Busca la justicia, anima al oprimido. Defiende la causa del huérfano. Defiende el caso de la viuda". Es decir, cuando te das cuenta de que puedes hacer algo por el sufrimiento del mundo, es decir, cuando te das cuenta de que hay un trabajo que realizar y que tú puedes hacerlo, entonces tu corazón ha comenzado a latir como el de Dios. Digo, ¿La iglesia es un edificio? ¿Una hora a la semana? La iglesia es la gente. Gente cuyos corazones laten cada vez más como el de Dios. Tal vez no te interesan las actitudes de crítica, ni las mentes cerradas o las reglas sin sentido. A mí tampoco ni tampoco a Dios. Es decir, Dios no quiere tener nada que ver con eso tampoco. Seamos honestos. Mucha gente confunde la religión con Dios, y se aleja de ambos. El punto no es el cristianismo. El punto es ser un cristiano. Significa ser un seguidor de Jesús. Es estar conectado con todo lo que es verdadero, bueno y correcto. Todo lo que pasa a nuestro alrededor que nos recuerda que hay suceden muchas más cosas a nuestro alrededor de lo que nos damos cuenta. ¿Puede haber algo más bello que eso?